Entomología Forense


En término generales, se puede definir la entomología forense como el estudio de los insectos y otros artrópodos relacionados a los cadáveres, como herramientas forenses para datar decesos y – en muchos casos – estimar causas y lugar del evento. 

Uno de los objetivos fundamentales de la entomología forense es la estimación del intervalo postmortem , o estimación de la fecha del deceso a partir de datos entomológicos. Para esto se analizan dos aspectos básicos; por una parte se observa la fauna adulta o pre-imaginal presente en el lugar donde se encontró el cuerpo. Esta datación de la muerte se realiza mediante estudios de sucesión de los artrópodos sobre el cadáver. La segunda manera de estimar el PMI es mediante el análisis del desarrollo de los estados larvales, prepupales y pupas, correlacionándolo con tablas de desarrollo de la especie encontrada. En todos los casos, es fundamental conocer entre otras cosas el estado de descomposición del cuerpo, las condiciones en que éste se hallaba y las variables ambientales. 

Ya en 1752, Gleditsch (citado por Bornemissza 1957 y antes por Pukowski 1933) describe el rol de los escarabajos de las tumbas ó “burying beetles” (Necrophorus sp.) y poco más de un siglo después, en 1887, Megnin describe la fauna de las tumbas, una obra de fundamental importancia y citado aún hoy día como bibliografía básica.

Cuando un animal muere su cuerpo experimenta un proceso  de descomposición, mediante el que la materia orgánica del mismo, se torna disponible al ciclo de nutrientes debido a la acción de organismos desintegradores y descomponedores, finalizando con la incorporación de los restos no degradados al sustrato. Dicho fenómeno provee un microhábitat temporario y un recurso alimentario, a una gran variedad de organismos, desde bacterias y hongos hasta vertebrados, siendo los artrópodos los principales involucrados y dentro de éstos, los insectos los mas numerosos (Goff, 1993).